Relato de una Tragedia
Parte I
Estoy
seguro de que en Venezuela al menos sesenta por ciento de la población alguna
vez se ha preguntado…..¿cómo llegamos aquí ? refiriéndose al estado actual de
la situación social, económica y política por la cual atraviesa el país, escenario
este que comenzó a configurarse en 1999 con el ascenso de Hugo R. Chávez a la
cúspide del poder político y que no ha dejado de deteriorarse a lo largo de los
trece años que lo ha mantenido.
Al
evocar el pasado se puede recordar que Hugo Chávez tenía dos por ciento ( 2 % )
de intención de voto en marzo de 1998, eran los tiempos cuando una ex reina de
belleza, alcalde del Municipio Chacao y producto de un micro proyecto político
exitoso, parecía tener consigo las preferencias de la población del centro del
país para la contienda electoral que se planteaba para el fin de ese mismo año.
Acción Democrática aun el principal partido político, deshojaba la margarita
haciendo creer que estaba dispuesto a nominar un candidato independiente o una
figura producto de las preferencias de las llamadas bases del partido y un
proyecto político regional con base en el Edo. Carabobo no ocultaba la intención
de postular un candidato de quien se decía que tenía todos los defectos del Dr.
Rafael Caldera y ninguna de sus virtudes.
Entretanto
las elites económicas, los medios de opinión pública y el sector representado
por los intelectuales llegaban a la
conclusión de que estaban hartos de la forma como se gestionaba el país, habían
contribuido de forma determinante a desbancar el proyecto de cambio de Carlos Andrés
Pérez,quien había tenido la osadía de quitarles privilegios y poner a competir a los
empresarios, y habían sufrido las retaliaciones del Dr. Caldera durante la
crisis económica de su último gobierno. Se planteaban la necesidad de un cambio
del modelo de gestión pero uno en el cual su opinión fuera determinante.
Fue
así como se decantaron por seleccionar la figura del ex Teniente Coronel, sin
importarles el pasado golpista del militar ni su conocida admiración por el
régimen de Fidel Castro ni la nube de ex convictos, resentidos y desadaptados
que rodeaban al personaje, fueron suficientes los acuerdos con un excelente operador
político oportunista como Luis Miquilena y el compromiso de la participación
directa de algunos intelectuales y de un
grupo de empresarios en la campaña a desarrollar para promover al candidato.
Las
elites económicas no solo deseaban tener al poder político de su lado por medio
de subsidios y preferencias, siempre lo habían tenido, ahora también deseaban
participar en el mismo y ello implicaba que el candidato debería ser
manipulable.
No
se sabe a ciencia cierta a partir de qué mes se conformo el acuerdo final pero
lo cierto es que mediante la inyección
de cantidades considerables de dinero y
el uso masivo de los medios de comunicación se logro crear el marco de referencia
que permitió mostrar a la población la figura sublimada del militar golpista y
dado que los vientos de cambio, con la anti política como catalizador, estaban soplando en el país desde hacia una
década el proyecto se hizo factible, la torpeza de los partidos políticos hizo
el resto y así Hugo R. Chávez gano las elecciones en diciembre de 1998 con el 58 % de los votos
validos. Es de hacer notar que el único medio de comunicación de alcance
nacional que hizo oposición a la figura del militar retirado fue El Universal, su dueño Andrés Mata
siempre opino que Chávez no era apto para el cargo y que como presidente le
haría un enorme daño al país.
A
pesar de haber ganado la presidencia por 58 % de los votos validos Hugo Chávez
era minoría en ambas cámaras del congreso y pudo haber sido frenado en sus
intenciones de monopolizar el poder pero por una de esas extrañas razones
que
la historia señala en diferentes épocas y lugares, las instituciones políticas
se paralizaron o perdieron el sentido de la prudencia y así contemplamos como
la Corte Suprema de Justicia sin ser consultada e ignorando las enseñanzas de
la historia y con el voto de su presidente, a tan solo 44 días de encargarse el
conspirador de oficio de la presidencia, le dio luz verde al proceso de
formación de una Asamblea Constituyente,
propuesta por el mandatario en su toma de posesión, que se encargaría de barrer
con las instituciones que mantenían el equilibrio de los poderes en la
democracia venezolana.
Tan
temprano como el 05 de julio de 1999 sonó un fuerte campanazo de advertencia
sobre lo que se avecinaba, Jorge Olavarría,
uno de los intelectuales que había apoyado de manera apasionada la campaña
electoral del presidente electo, en su discurso de orden ante el Congreso
Nacional denuncio el proyecto político de Hugo Chávez que ya se vislumbraba
como hegemónico y con intenciones de anular la democracia, fue un discurso
apasionado, sin insultos, lleno de
realidades e interpretaciones que
resulto profético pero fue ignorado. En la mitad del discurso el General Raúl
Salazar, militar honesto pero incapaz de interpretar la realidad política, para
entonces Ministro de la Defensa abandono el capitolio junto con el alto mando
militar, igualmente lo hizo Cecilia Sosa, presidente de la Corte Suprema de
Justicia alegando que no aceptaba que se insultara la figura del presidente de
la republica, dos errores descomunales de interpretación en un periodo de 7 meses,
y Henrique Capriles Radonsky para esa fecha presidente de la Cámara de
Diputados e iniciando su carrera política y tal vez por inexperiencia increpo
públicamente a Jorge Olavarría argumentando que el discurso era una afrenta y ofendía
la majestad presidencial.
Ya
en el año 2001 la luna de miel entre Hugo Chávez y la mayor parte de los
integrantes de las elites económicas, medios de opinión e intelectuales había
concluido, ya era diáfanamente
clara
la orientación del modelo político que el gobierno pretendía implantar en Venezuela,
sin embargo aun se tenían elementos para tratar de frenarlo, medios de
comunicación, una fracción parlamentaria capaz de hacer ruido, una institución
militar que aún conservaba su institucionalidad, desencanto de la clase media
con la gestión de gobierno, incapacidad del gobierno para llevar ayuda a los
estratos sociales menos favorecidos, institutos autónomos como CVG y PDVSA no
habían podido ser convertidos en caja chica para las políticas públicas y un
aparato empresarial flexible.
Sin
embargo las elites conscientes de su pecado original tomaron la decisión de
quitarle a Hugo Chávez el poder político y para ello cometieron el colosal
error de usar como principio el mismo utilizado por los marxistas en todas sus
revoluciones: el fin justifica los medios.