lunes, 11 de junio de 2012

Relato de una Tragedia Parte 1


                  Relato de una Tragedia
                                                         Parte I
Estoy seguro de que en Venezuela al menos sesenta por ciento de la población alguna vez se ha preguntado…..¿cómo llegamos aquí ? refiriéndose al estado actual de la situación social, económica y política por la cual atraviesa el país, escenario este que comenzó a configurarse en 1999 con el ascenso de Hugo R. Chávez a la cúspide del poder político y que no ha dejado de deteriorarse a lo largo de los trece años que lo ha mantenido.
Al evocar el pasado se puede recordar que Hugo Chávez tenía dos por ciento ( 2 % ) de intención de voto en marzo de 1998, eran los tiempos cuando una ex reina de belleza, alcalde del Municipio Chacao y producto de un micro proyecto político exitoso, parecía tener consigo las preferencias de la población del centro del país para la contienda electoral que se planteaba para el fin de ese mismo año. Acción Democrática aun el principal partido político, deshojaba la margarita haciendo creer que estaba dispuesto a nominar un candidato independiente o una figura producto de las preferencias de las llamadas bases del partido y un proyecto político regional con base en el Edo. Carabobo no ocultaba la intención de postular un candidato de quien se decía que tenía todos los defectos del Dr. Rafael Caldera y ninguna de sus virtudes.
Entretanto las elites económicas, los medios de opinión pública y el sector representado por los intelectuales  llegaban a la conclusión de que estaban hartos de la forma como se gestionaba el país, habían contribuido de forma determinante a  desbancar el proyecto de cambio de Carlos Andrés Pérez,quien había tenido la osadía de quitarles privilegios y poner a competir a los empresarios, y habían sufrido las retaliaciones del Dr. Caldera durante la crisis económica de su último gobierno. Se planteaban la necesidad de un cambio del modelo de gestión pero uno en el cual su opinión fuera determinante.

Fue así como se decantaron por seleccionar la figura del ex Teniente Coronel, sin importarles el pasado golpista del militar ni su conocida admiración por el régimen de Fidel Castro ni la nube de ex convictos, resentidos y desadaptados que rodeaban al personaje, fueron suficientes los acuerdos con un excelente operador político oportunista como Luis Miquilena y el compromiso de la participación directa de algunos intelectuales  y de un grupo de empresarios en la campaña a desarrollar para promover al candidato.
Las elites económicas no solo deseaban tener al poder político de su lado por medio de subsidios y preferencias, siempre lo habían tenido, ahora también deseaban participar en el mismo y ello implicaba que el candidato debería ser manipulable.
No se sabe a ciencia cierta a partir de qué mes se conformo el acuerdo final pero lo cierto es que mediante  la inyección de  cantidades considerables de dinero y el uso masivo de los medios de comunicación se logro crear el marco de referencia que permitió mostrar a la población la figura sublimada del militar golpista y dado que los vientos de cambio, con la anti política como catalizador,  estaban soplando en el país desde hacia una década el proyecto se hizo factible, la torpeza de los partidos políticos hizo el resto y así Hugo R. Chávez gano las elecciones en  diciembre de 1998 con el 58 % de los votos validos. Es de hacer notar que el único medio de comunicación de alcance nacional que hizo oposición a la figura del militar retirado  fue El Universal, su dueño Andrés Mata siempre opino que Chávez no era apto para el cargo y que como presidente le haría un enorme daño al país.
A pesar de haber ganado la presidencia por 58 % de los votos validos Hugo Chávez era minoría en ambas cámaras del congreso y pudo haber sido frenado en sus intenciones de monopolizar el poder pero por una de esas extrañas razones
que la historia señala en diferentes épocas y lugares, las instituciones políticas se paralizaron o perdieron el sentido de la prudencia y así contemplamos como la Corte Suprema de Justicia sin ser consultada e ignorando las enseñanzas de la historia y con el voto de su presidente, a tan solo 44 días de encargarse el conspirador de oficio de la presidencia, le dio luz verde al proceso de formación de una  Asamblea Constituyente, propuesta por el mandatario en su toma de posesión, que se encargaría de barrer con las instituciones que mantenían el equilibrio de los poderes en la democracia venezolana.
Tan temprano como el 05 de julio de 1999 sonó un fuerte campanazo de advertencia sobre lo que se avecinaba, Jorge Olavarría,  uno de los intelectuales que había apoyado de manera apasionada la campaña electoral del presidente electo, en su discurso de orden ante el Congreso Nacional denuncio el proyecto político de Hugo Chávez que ya se vislumbraba como hegemónico y con intenciones de anular la democracia, fue un discurso apasionado,  sin insultos, lleno de realidades e interpretaciones  que resulto profético pero fue ignorado. En la mitad del discurso el General Raúl Salazar, militar honesto pero incapaz de interpretar la realidad política, para entonces Ministro de la Defensa abandono el capitolio junto con el alto mando militar, igualmente lo hizo Cecilia Sosa, presidente de la Corte Suprema de Justicia alegando que no aceptaba que se insultara la figura del presidente de la republica, dos errores descomunales de interpretación en un periodo de 7 meses, y Henrique Capriles Radonsky para esa fecha presidente de la Cámara de Diputados e iniciando su carrera política y tal vez por inexperiencia increpo públicamente a Jorge Olavarría argumentando que el discurso era una afrenta y ofendía la majestad presidencial.
Ya en el año 2001 la luna de miel entre Hugo Chávez y la mayor parte de los integrantes de las elites económicas, medios de opinión e intelectuales había concluido, ya era diáfanamente
clara la orientación del modelo político que el gobierno pretendía implantar en Venezuela, sin embargo aun se tenían elementos para tratar de frenarlo, medios de comunicación, una fracción parlamentaria capaz de hacer ruido, una institución militar que aún conservaba su institucionalidad, desencanto de la clase media con la gestión de gobierno, incapacidad del gobierno para llevar ayuda a los estratos sociales menos favorecidos, institutos autónomos como CVG y PDVSA no habían podido ser convertidos en caja chica para las políticas públicas y un aparato empresarial flexible.  
Sin embargo las elites conscientes de su pecado original tomaron la decisión de quitarle a Hugo Chávez el poder político y para ello cometieron el colosal error de usar como principio el mismo utilizado por los marxistas en todas sus revoluciones: el fin justifica los medios.

                                                                                                 




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